El
Castellano Viejo es un artículo de Larra, autor del Romanticismo literario
español, en el cual hace una crítica al castellano viejo, es decir, aquellos
hombres que son maleducados, bastos, irrespetuosos, incultos y cuyo
comportamiento se centra en las tradicionales costumbres castellanas.
El texto comienza con una breve introducción a
la rutina del narrador, es decir, de Larra (que en el artículo lo conocemos
bajo el seudónimo de Fígaro) que se identifica como una persona tranquila,
educada y siempre con una rutina establecida.
Durante uno
de sus paseos, éste se encuentra con un viejo amigo, Braulio, el cual le invita
a un convite por motivo de su cumpleaños. Fígaro, en un primer momento rechaza
la propuesta, explicando que no podrá acudir debido a que tiene otros asuntos
pendientes, pero, como Braulio muestra tanto interés y además le comenta que
acudirán varias personas importantes, se ve obligado a aceptar, pues reflexiona
que rechazar la propuesta podría ser una grosería por su parte. Cuando llega el
día del banquete, Fígaro se retrasa, pues llega un poco más tarde de la hora
acordada, para así restar tiempo a la ceremonia no deseada. Esto parece carecer
de importancia, ya que la mayoría de invitados no son puntuales y, la comida no
estaba siquiera preparada. Ya todos reunidos, comienza el almuerzo a las cinco
de la tarde, tres horas más de lo previsto, sin la asistencia de los convidados
que Braulio nombró el día de su encuentro. Los invitados se encuentran apretados
en una minúscula mesa, intentando tomar los alimentos servidos. A continuación,
los presentes dan comienzo a una serie de reproches sobre el almuerzo, ya que
para sus gustos ningún plato se encuentra lo suficientemente bien preparado.
Todo comienza a alborotarse, y, una vez conseguido calmarlo todo, Braulio pide
a Fígaro que narre uno de sus versos, aunque con presión, ya que afirma que si
no lo hace no saldrá del lugar. Fígaro accede con tal de marcharse pronto, y
recita lo más rápido posible. Una vez que llega a su casa, hace una reflexión
del castellano viejo, esto es, los presentes en el convite. Critica lo vivido
las horas anteriores, pues piensa que los asistentes carecían de educación y
respeto.
El tema de
esta crítica es la falta de respeto de algunas personas de la época.
Podemos
establecer la siguiente división de artículo:
-
En
la primera parte, contamos con la introducción al relato. Se describe la forma
de ser del narrador y, a continuación, presenciamos su invitación al convite.
-
En
la segunda parte, hallamos todo lo relativo al banquete de Braulio. Es la parte
fundamental de la obra, ya que es en lo que el autor se basa para darnos su
punto de vista sobre el castellano viejo.
-
En
la tercera parte, contamos con las reflexiones del autor.
En el texto
podemos encontrar una gran variedad de recursos literarios. Ya al comienzo de
la obra, Larra usa un hipérbaton en la siguiente oración:
«Ya en mi edad pocas veces gusto de alterar el orden que en mi manera de
vivir tengo hace tiempo establecido»
A la
vez hay una paradoja, pues, habla de que no le gusta alterar el orden, cuando
una el recurso que se encarga de esto.
Hay
metáforas, como por ejemplo la asociación de castellano viejo con persona
inculta. También hay varias preguntas retóricas, como cuando se pregunta ¿Hay
más desgracias?
Algunas de
las características del Romanticismo que asociamos a la obra son las
siguientes:
-
El
autor se expresa con toda libertad.
-
Nacionalismo.
Se resalta lo peculiar de cada país. En este caso vemos con claridad las
costumbres españolas, ya que es la base del relato.
-
Incorporación
del paisaje. Se asocia el estado de ánimo del autor con e lugar en el que se
encuentra. En el momento de la reunión realizada por Braulio, se describe un
lugar agobiante, pequeño y desorganizado. Una vez que termina la celebración,
se presenta la habitación del autor, con únicamente él en su interior,
transmitiendo tranquilidad y alivio.
Larra se
sirve de una gran cantidad de descripciones y adjetivos, para transferir así al
lector sus sentimientos con mayor facilidad. Asimismo hace uso de situaciones
humorísticas.
Sobre el
título, he pensado que este artículo se llama ‘Castellano viejo’, no por la
edad del hombre del que se habla, sino por su mentalidad cerrada que le impide
avanzar, y se niega a cualquier otro tipo de ideas y opiniones.
Comparto con vosotros un audiolibro de El castellano viejo para que también puedan disfrutarlo quienes no puedan leerlo.
ResponderEliminarEspero que os guste (y os divierta) tanto como a mí.
https://audiolibrosencastellano.com/ensayo/audiolibro-completo-castellano-viejo-mariano-jose-larra-1832
Un saludo :)