Dice un dicho popular que, tener un amigo es
tener un tesoro, y no hay nada más cierto que esta breve y sabia oración. Un
amigo de verdad es aquel al que no le escondemos nada, no existen secretos, y,
pase lo que pase, nos apoya y aprecia.
La amistad ha existido desde
hace siglos debido a la necesidad que el hombre tiene de relacionarse, pues, ya
podía verse relatada en importantes obras de célebres autores, donde este
importante valor tomaba gran importancia.
Aunque todos conocemos a
varias personas en nuestras vidas, no compartimos con todos ellos un vínculo
muy estrecho. La verdadera amistad es muy difícil de encontrar, y no se debe
confundir el verdadero amigo con el conocido, que, básicamente se diferencian
por el nivel de confianza, ya que en la verdadera amistad los secretos no
existen. Un buen amigo es sincero, fiel, cariñoso, comprensible y confiable,
ante todo.
Según estadísticas
realizadas en los años anteriores, las personas suelen tener una media de dos
amigos verdaderos en los que confían en situaciones difíciles y les ayudaría
sin dejar que afrontásemos los problemas por nuestra cuenta. Como es dicho, los
verdaderos amigos se cuentan con una sola mano.
Hay casos donde se
demuestra una amistad tan fuerte e incondicional, en el que una persona está
dispuesta a dar lo que sea, aunque ellos mismos salgan perdiendo. La amistad no
tiene interés ni egoísmo. Es una muestra de amor incondicional. Como alguien
dijo, la amistad de interés no dura porque no lo es.
Y es que, como dijo
Miguel de Cervantes, la buena y verdadera amistad no debe ser sospechosa en
nada.
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